En el número 24 de la revista AFAL de 1960 apareció el artículo Encuesta sobre libros de fotografía, en el quel se denunciaba el problema de la inexistencia de libros fotográficos en la producción editorial española de la época y se formulaban públicamente cuestiones dirigidas al mundo de la fotografía, la edición y la cultura. 

El artículo invitaba a enviar respuestas a la redacción para obtener documentación que permitiera analizar el problema desde distintos puntos de vista.

El objetivo de los fotógrafos, que veían en el fotolibro su mejor escuela de estética visual, era estimular un cambio en el panorama editorial español.

Comprender para actuar. Actuar para comprender.

Desde Almería, la ciudad de AFAL, estoy realizando una investigación doctoral sobre el libro fotográfico para niños.

Creo que hoy es necesario abrir una encuesta en este campo.

En una época en la que el individuo está tan precozmente sumergido en el mundo de las imágenes, es importante investigar el modo en el que se cultiva el ecosistema visual de los más jóvenes. 

Por ello, propongo una investigación participativa para reflexionar desde una perspectiva multidisciplinar sobre la relación entre los fotolibros y la infancia. 

Lo hago relanzando la iniciativa AFAL, cuya visión del fotolibro como espacio de experiencia estética formativa comparto. 

Las preguntas que formulo son una invitación a tejer un diálogo dirigido al mundo del arte, la edición y la mediación cultural.

Me gusta imaginar las respuestas que recibiré como futuras páginas de un libro, como partes de una obra abierta de reflexión colectiva y plural.